El Zaguán, enero de 2004
La ciudad con el más vertiginoso crecimiento demográfico y comercial de la Costa Oriental del Lago es sin duda Ciudad Ojeda. Situada a cinco metros de altitud con respecto al lago de Maracaibo, la capital del municipio Lagunillas alberga a un aproximado de 130 mil habitantes, entre los cuales se confunden inmigrantes nacionales y extranjeros provenientes de cualquier rincón del mundo y que han sembrado una nueva vida en este pedacito del Zulia.
En un reportaje publicado en El Nacional en la década del cincuenta, Gabriel García Márquez expone: “Ciudad Ojeda, la más nueva y una de las má s modernas de las ciudades venezolanas, está construida en su mayoría por familiares italianos, cuyos hijos son venezolanos”.
Pero no solo estamos acompañados de italianos sino también de vecinos que provienen de Portugal, España, el Medio y lejano Oriente, Latinoamérica y Norteamérica.
Esta pujante urbe ha sido refugio de quienes huían de la II Guerra Mundial y los que buscaban mejorar su calidad de vida.
Así como una vez fue refugio para las familias damnicadas por en monstruoso incendio que devastó la ancestral comunidad de Lagunillas de Agua en 1939.
Para esta fecha, ya Ciudad Ojeda tenía dos años en construcción. Una redoma ubicada a un kilómetro de la orilla del lago, fue el centro de la naciente metrópoli. Le seguían tres unidades en forma hexagonal donde se ubicaron las primeras casas. Gran parte de la población se abastecería de agua gracias a un tanque metálico ubicado en el centro de la redoma y que sería eliminado treinta años después cuando empezaba a derrumbarse.
Fue el General Eleazar López Contreras, presidente de la república para la época, quien por recomendaciones de Vicencio Pérez Soto, Presidente del Zulia, quien decretó el 19 de enero de 1937, la construcción de la ciudad cuyo nombre rendiría un eterno homenaje al primer español que llegó al lago, Alonso de Ojeda.
Los trabajos se iniciaron en junio del mismo año en un terreno que formaba parte del Fundo Las Morochas y que fuera donado por la Venezuelan Oil Concesion, empresa que participó en la construcción.
Esta ciudad se edicó con un capital inicial de poco más de un millón de bolívares, cantidad que se hace insignicante en comparación con lo miles de millones que ha producido en estos 67 años.
Luis Gerardo Leal
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