Segundo Aniversario (Parte I)

Uno más... y contando

El Zaguán, Marzo de 2005

Sentado frente al computador cada noche, ante la decepción disimulada y una terca insistencia de mi orgullo, me convenzo de que debo hacerlo, debo continuar. Es una dura guerra contra la mediocre tecnología, las heridas en la economía, y los constantes comentarios; todos se creen críticos, todos se creen expertos, pero nadie puede crear algo mejor al producto objetado.

Debo continuar. Porque el fracasado se rinde fácilmente y no logra nunca un mérito. Porque hay un niño que lee tus letras. Porque hay un anciano que te espera cada domingo para contarte sus historias. Porque no hay nada mejor. Porque es una carta de presentación. Porque algún día todo será mejor. Porque no quieres terminar arrepentido y avergonzado.

Reflexiono. La aguamarina es una piedra preciosa sumamente hermosa, pero opacada ante los diamantes, perlas y esmeraldas, aunque no por eso deja de ser valiosa. Voy bien. El artesano crea maravillas con pocas cosas, pero sabe que sus obras valen más que cualquier otra manufactura porque posee una gran dosis de pasión, de amor, de humanidad. Escribiré estos ejemplos y los leeré cada mes.

Suspiro. Cuando quieres llegar a la cima, en medio de un tormentoso río, en contra de la corriente, casi sólo y sin muchos recursos, llega un momento en que quieres desistir. Lo recomendable es que te detengas un momento, veas la cima a lo lejos, recuerdes por qué estás ahí, respires profundo y decidas. La decisión correcta no siempre es la más sencilla.

Debo continuar. No hay dinero. Debo continuar. No hay tiempo. Debo continuar. No hay apoyo. Debo continuar. No vale la pena. Debo continuar. Haré lo que pueda.

Encenderé dos velas, cantaré, reiré y luego decidiré. Felicidades a vos, al poeta, a los cuentistas, a la dueña de tu inspiración, a tu amiga, a la folclorista, a los compañeros, a los lectores, a quienes sueñan con tener uno igual, a la familia, y otra vez a vos.

¿Debo continuar? tal vez por hora siga nadando. La próxima vez, no sé.

Luis Gerardo Leal

No hay comentarios:

Buscar este blog