El Regalo del Alacrán (cuento)

Convertido en alacrán, Claudio Calabazán caminó sin equilibrio directo a su víctima. No estaba acostumbrado a ocho patas, mucho menos a las dos tenazas pesadas, ni a la inyectadota de ponzoña que en la cola tenía.
Pero sin mermar en su propósito, algo lento y tambaleante, se fue directo a Nereida, quien sola en una silla esperaba a un hombre que no era su esposo.
Cuando a Claudio le llegó el rumor de que su mujer lo engañaba, cegó su amor con celos y pactó con un demonio de uniforme y en bicicleta para vengarse de la ingrata.
Firmado el convenio en una hoja de humo, terminó el marido a los pies de su esposa y sin más razonamientos le clavó el punzón de veneno de tapara, que sin muchas molestias la mataría dormida en menos de dos horas.
Nereida sintió el pinchazo que apenas le dolió, pero no le dio importancia porque en ese mismo instante llegó el guapo caballero que ella esperaba.
-Aquí está, señora, lo que me pidió, un elegante reloj de topacio. No le puse lazo porque creo que a su marido no le gustan…
-Gracias y adiós, no quiero crear rumores y además me ha dado mucho sueño. Al cumpleaños de mi marido no lo invito porque es privado y mejor no diga nada pues será una sorpresa. Es que yo lo amo tanto que por él daría mi vida.
(LGL)

No hay comentarios:

Buscar este blog