Ciudad Ojeda, 30 de junio de
2016.-
Una tarde, Simón Bolívar gritaba sus delirios, tres delincuentes relataban su
último asalto a un banco, dos compadres peleaban por sus diferencias políticas,
Simón Rodríguez insistía en el valor de la educación, un joven revelaba su
homosexualidad y la sayona buscaba infieles para castigar.
Y hubo más: Ciudadanos veían la
vida reflejada en una cola, cuatro locos relataban la conquista española a
América, unos cantaban la alegría, otros reflexionaban sobre la vida de los
niños en la calle y todos rezaban el credo de Aquiles Nazoa.
Era una ocasión distópica nunca
antes vista en Ciudad Ojeda, municipio Lagunillas, cuando nueve colectivos
artísticos mostraron lo mejor de sus creaciones ante un incauto público que sin
saberlo, cayó en la trampa del teatro.
Nacha lloraba la pérdida de su
hijo en la guerra, mientras Domitila Flores se revelaba ante su sociedad, la
misma sociedad autómata acostumbrada a seguir patrones impuestos y cumplir
acciones monótonas que no les permite reconocer su entorno.
Con motivo del Día Nacional del
Teatro y por iniciativa del Centro Cultural y Deportivo Las Morochas, los
teatreros lagunillenses se apoderaron de los pasillos de la plaza Bolívar, para
demostrar su existencia, su talento y dejando a más de uno, perplejo por el
nivel artístico presente en el municipio y muchas veces ignorado.
Representantes de la Alcaldía y una concejala
aprovecharon el mágico encuentro para ofrecer su apoyo, buena fe en la que no
es fácil creer. En casi 30 años de gestión, los líderes municipales no han
mostrado mucho interés en el arte local. Sin embargo, es la primera vez que nos
reconocen como creadores propios de este rincón.
Como es lógico, los cultores
exigen: "Más espacios para hacer teatro", "Respeto para los
artistas", "Cultura no es castillitos infables", "Apoyen
nuestros proyectos" y la más importante: "Fundemos el premio
municipal de arte". Esperemos que alguno de estos planteamientos sea
tomado en cuenta.
En todo caso, la jornada
fue histórica por diferentes razones, por mostrar el trabajo teatral de los
lagunillenses, porque éstos se pusieron de acuerdo como hermanos para trabajar,
porque hubo un público numeroso, porque nos escucharon representantes del
gobierno local, porque se planteó que este evento se vuelva tradicional y
porque fue una actividad amena, divertida y cargada de buena energía.
¡QUE SE REPITA!
Colectivos Participantes:
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