Tomado del libro inédito de Yldefonso Finol, "Añú: la Nación de Nigale"
Ciudad Ojeda, 06 de mayo de 2015.-
Una civilización acuática existió en
las orillas del Lago de Maracaibo antes de la llegada del invasor europeo. No
se trataba la ficción Waterworld, película de mediados de 1995 que protagonizó
Kevin Costner, que muestra un mundo post apocalíptico completamente inundado,
donde sobrevivientes mutantes se matan entre sí por el control de la poca vida
existente.
Estamos hablando de una civilización profundamente humana y ecológica, donde valores de convivencia y respeto guían el actuar individual y colectivo, en un mundo de creación y contemplación cósmico, que tiene por punto focal el agua.
Era la cultura de ver las cosas desde el agua como madre silente de la existencia.
Mosonyi: “…hasta bastante entrado el siglo XX, tanto las lenguas indígenas como los pueblos que las hablaban no constituían, en el mejor de los casos, más que un objeto de curiosidad, para satisfacer el gusto por lo “exótico” de ciertos científicos, escritores y viajeros.
El patrimonio indígena es la base misma de nuestra identidad nacional, es la fuente primigenia de nuestro perfil societario integral, y merece, por lo tanto, el más profundo respeto de parte de toda la población y de sus instituciones representativas”.
¿Cuál es la Patria del Pueblo Añú? El
Lago Maracaibo.
¿Todo el Lago? Probablemente no, pero al menos la mitad norte
sí.
¿Estaban solos los añú en el Lago?
No. Había otros pueblos que hacían
vida en las riberas sur y suroriente; y en la Costa Oriental, los
añú aceptaron convivir en sus poblados con sus primos los caquetíos.
¿Vivían aislados los añú?
¿Vivían aislados los añú?
No. Tenían mucho contacto entre
todos sus poblados y con los otros pueblos originarios de la región, como los
caquetíos, barí, wayúu, cuicas, entre otros.
¿Salían hacia el mar o vivían sedentarios en sus aguas?
Sí salían al mar, como lo hicieron
muchos siglos atrás los antiguos arahuacos, que llegaron hasta las islas que
hoy se llaman Cuba, Haití-Dominicana y Puerto Rico (Tahínos).
¿Navegaban los ríos de la cuenca Maracaibo?
Sí. Muy especialmente el Macomiti,
hoy ríos Limón, Socuy, Cachirí, Maché, y Guasare; también los ríos de la parte
oriental: Matícora, Tamare, caño Oriboro, etc…
¿Todo el tiempo estaban en el agua? ¿No tenían actividad en tierra firme?
Los añú tenían mucha actividad en sus tierras: recolección de frutos, obtención de maderas, cosecha de algodón y cocuiza (fique), trabajos de alfarería, construcción de embarcaciones, cacería, cultivos domesticados como el maíz, la yuca, frijoles diversos, auyama. En tierra se entrenaban en las carreras, cacerías, tiro de flechas, etc.
¿Usaban ropa?
Sí. Se vestían lo necesario según
las determinaciones del clima.
¿Vestían todos iguales, como si estuvieran uniformados?
No. Cada cual se tejía y coloreaba
sus lienzos como quería, según sus habilidades.
¿De qué hacían sus ropas?
Fundamentalmente de algodón, que
solían tenerlo en abundancia.
¿Tenían autoridades?
Sí. El respeto a las personas
mayores constituía un valor muy especial de los pueblos originarios en general,
y de los añú en particular. Las madres y abuelas, los ancianos, caciques y
mohanes eran autoridades naturales de la comunidad.
¿Los caciques eran autoridades políticas y militares permanentes?
No. Podían ser removidos con facilidad por la comunidad. No tenían que ser necesariamente guerreros, podían ser sabios, guías espirituales, según los tiempos que se vivieran. En tiempos de guerra los caciques militares asumían el mando.
¿Los caciques eran autoridades políticas y militares permanentes?
No. Podían ser removidos con facilidad por la comunidad. No tenían que ser necesariamente guerreros, podían ser sabios, guías espirituales, según los tiempos que se vivieran. En tiempos de guerra los caciques militares asumían el mando.
¿Caciques eran sólo los varones?
No. Las mujeres también podían ser
cacicas.
¿Tenían límites los territorios?
No en el sentido que se entienden
hoy. Cada pueblo indígena sabía cuál era su territorio y cuál el de los demás.
Podían acercarse, pasar, cruzarlo, pero no establecerse, a menos que la
comunidad de asiento lo aceptase. No se conoce que existiesen disputas
territoriales en la región del Lago a la llegada de los europeos.
Yldefonso Finol
Guerrero Añú
Sólo la verdad histórica forma pueblos libres.
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