La pasarela que me robó (Obra de teatro breve)

 Ejercicio teatral para una actriz adolescente en formación 

Autor: Luis Gerardo Leal

Lagunillas, septiembre de 2025.-



(La protagonista entra caminando como en una pasarela. Se mueve con elegancia. Hace una vuelta, posa. Habla mientras camina. Durante el monólogo se va despojando de prendas como aros, cadenas, bolso, zapatos, etc)


ADOLESCENTE:

¡Postura recta! ¡Mirada al frente! ¡Caderas firmes!

Uno, dos, giro, sonrisa.

Otra vez.

Uno, dos… otra vez. ¡Siempre otra vez! Hasta que te duelan las batatas, hasta que se te acalambren los cachetes de tanto sonreír. Mirada al frente, uno, dos, giro, tres, cuatro, giro...


(Tropieza un poco, se detiene. La sonrisa se borra.)


Tenía seis… ¿o cinco? Ya no me acuerdo.


(Vuelve a intentar la caminata. Más rápido y cae el suelo. Grita de rabia y llora)


Mientras otras niñas jugaban en la tierra, yo aprendía a caminar como si flotara. Las modelos no se caen.


(Se levanta y posa)


Siempre la reinita, saluda, saluda...


(Camina con una mano en la cabeza como sosteniendo una corona y saludando con la otra mano)


¡No te encorves! ¡No pestañees! ¡No hables mucho!

¿Sabes lo que pesa un vestido de lentejuelas en el cuerpo de una niña?

Más que una mochila llena de cuentos.


(Se quita el vestido, lo aprueta con rabia y lo tira al suelo)


Me enseñaron a ser bonita antes que libre.

A competir antes que abrazar.

A ser perfecta… antes que feliz.

Planchándome el pelo cada dia ¿Por qué? Porque tengo pelo malo decían.

Quién decidió cuál es el pelo bueno y cuál el malo... y qué tiene de malo... a mí me gusta... pero no... 


Hay que se guapa, blanca, pelo lacio, sonrisa de muñeca, pestañas, extensiones, tacones, uñas, ...un maniquí, sin humanidad, una niña falsa como un halago. 


(Se le rompe la voz. Luego se endurece. Toma el vestido)


¿Y mi infancia? ¿Dónde quedó mi infancia?

¡No quiero más tacones! ¡Ni peinados! ¡Ni etiquetas!


(Golpea el vestido. Lo rompe con furia.)


¡NUNCA MÁS! 

Quiero ser libre, quiero ser humana... nunca más una pasarela, nunca más un vestido caro, nunca más una mentira. Nunca más...


(Silencio. Respira agitada. Recoge los retazos del vestido, prendas, tacones, bolsos)


Con todo esto haré una muñeca...


 (Sale. Oscuro.)


FIN

El Emperador y la semilla de la verdad (obra de teatro infantil)

Basado en el cuento de Joaquina Fernández. 

Adaptación de Luis Gerardo Leal

Marzo de 2022-.



Escena 1

(Palacio del Emperador. Entran cuatro personajes: hombre 1, hombre 2, Carmen y Tiby)


Hombre 1: Hemos llegado al palacio del Emperador.

Carmen: ¡Qué bonito! ¡Cuánta elegancia! 

Tiby: Alguien sabe ¿para qué nos mandó a llamar el emperador?

Hombre 2: Debe ser para algo muy importante, porque invitó a todo el reino, miren (mirando al público) ahí están todos. 

Hombre 1: Mira, allá está la niña bonita que canta como los ángeles…

Todos: Ohhh

Carmen: Y allá está el niño más valiente del reino

Todos: Ahhh

Hombre 2: Y esa de allá, es la maestra más buena del mundo

Todos: Waaooo.

Tiby: Pero todavía no sabemos para qué nos trajeron para acá. 

Hombre 1: Seguro va a premiarme porque siempre estoy hablando bien de él, a todo el mundo, todo el tiempo digo cosas maravillosas de su majestad, aunque sean puras mentiras. 

Carmen: O quizás me va a recompensar por tener mi calle siempre limpia, todos los días la limpio para que se vea bonita, siempre estoy barriendo por aquí, barriendo por allá aunque le tiro la basura al vecino, pero eso es su problema. 

Hombre 2: Yo pienso que el Emperador va a darme un premio por curar a los enfermos del reino. A todos los cuido, les doy medicinas y los dejo como nuevos. A los que paguen en dólares por supuesto. 

Tiby: ¿Y a mí por qué me invitaría? Yo no soy importante, solo soy una humilde campesina, paso todo el día sembrando plantas, cuidándolas y cosechando, no tengo tiempo para hacer esas cosas que ustedes hacen. 

Hombre 1: ¡Silencio! Ahí viene el Emperador. 


Voz en off: Honorables habitantes del reino, reciban a su majestad real de los reales, el emperador.

 

(Entra el Emperador, todo lo saludan con una reverencia)


Emperador: Mis amados súbditos, os he reunido aquí hoy, porque tengo un importante anuncio. Como saben yo no tengo hijos que hereden el trono real, y ya estoy muy viejo, así que he decidido buscar a mi sucesor entre vosotros, los habitantes del reino. Prestad atención. Yo os daré una semilla a cada uno, su misión será sembrarla y cuidarla. En un mes exactamente, deberéis volver acá con la plata que nazca de esta semilla. El que tenga la mejor planta se convertirá en el nuevo emperador ¿Entendieron?


Todos: Sí, su alteza. 


(Reparten las semillas y todos salen)


Escena 2


(Casa de Tiby. A mitad del diálogo Carmen y los dos hombres se asomarán para copiar lo que hace Tiby)


Tiby: No lo puedo creer. ¿Niños, escucharon? Si siembro esta semilla y logro que florezca, seré el emperador. O la emperadora o ¿cómo se dice? Ah, la emperatriz, Tiby la emperatriz, suena bien o la emperatiby., uf, mucho mejor. ¿Me ayudan a sembrar? Es muy fácil, tomamos un matero, hacemos un hoyito, ponemos la semillita, la arropamos y echamos agua. A ver, todos tomamos un matero (usando el puño), hacemos un hoyito, ponemos la semillita, la arropamos y echamos agua muy bien, ustedes son unos grandes agricultores. Bueno, ahora solo queda cuidarla, regarla todos los días, dejar que la alumbre el sol y así hasta que crezca. 


(Sale Tiby, deja el matero)


Hombre 1: No es justo, Tiby sabe sembrar plantas, porque es campesina. Así nos va a ganar. 

Carmen: Eso es trampa, una injusticia. No podemos permitir que ella gane. 

Hombre 2: Claro que no, porque una campesina no puede ser emperatriz de este reino. 

Hombre 1: Ya sé. Vamos a llevarnos la semilla que sembró. Así no tendrá ninguna planta. 

Carmen: Ay, no. Eso es una maldad. No debemos ser tan malos. 

Hombre 2: Claro que sí, para algo somos los villanos de esta historia. 

Carmen: ¿Dónde dice que somos los villanos?

Hombre 1: Aquí en el libreto. 

Carmen: Ah, sí, verdad. 

Hombre 2: Bueno, entonces a hacer maldades.

Hombre 1: Pero tenemos que reírnos como los villanos, así (falsa risa de villano)

Carmen: Así no, es así (falsa risa de villanos)

Hombre 2: Ustedes no saben a ver niños, ayúdennos, ¿Cómo se ríen los villanos? (Los niños se ríen, los hombre los imitan)

Hombre 1: Ahora sí, tomamos el matero. 

Carmen: Hacemos un hoyito.

Hombre 2: Sacamos la semillita.

Hombre 1: Metemos una piedra.

Carmen: Y la arropamos con tierra 

Hombre 2: Wao, sí que somos malos (Salen riendo como villanos)


Escena 3


(Entra Tiby a regar el matero)


Tiby: No sé qué pasa, la semilla tiene tierra, agua, sol, pero no germina ¿Qué estará pasando? ¿Será que hice algo mal?  


(Entran los tres villanos con sus materos enormes, con plantas florecientes)


Hombre 1: Miren mi planta, es hermosa, roja como el cardenal.

Carmen: La mía es más bonita, amarilla como el turpial. 

Hombre 2: La mía es mejor, es morada como, como como el pájaro guarandol. 

Hombre 1: ¿Pero qué es esto? (mirando el matero de Tiby)

Carmen: Aquí no hay nada, es solo tierra. 

Hombre 2: Hey, Tiby, ¿Dónde está tu planta? Es acaso una planta invisible (se ríen)

Tiby: Mi planta no creció. No lo entiendo, hice todo lo que hago cuando siembro en el conuco.

Hombre 1: Bueno, ya no serás emperatriz.

Carmen: El emperador estará muy decepcionado de ti. 

Hombre 2: Esas cosas pasan. Qué se le va a hacer. Bueno, adelante, vamos al castillo a mostrarle nuestras creaciones al emperador. 

Tiby: No, yo mejor no voy. 

Hombre 1: ¿Cómo qué no? El emperador te está esperando.

Tiby: pero, pero 

Los tres hombres: Al castillo, a ver al emperador (Llevan a Tiby a empujones. Salen)


Escena 4


(Palacio del emperador)


Emperador: Damas y caballeros, ha llegado el momento de elegir al nuevo emperador. Pasad adelante los que recibieron una semilla. 

(Entran los tres villanos y Tiby al final. El Emperador inspecciona las plantas)


Emperador: Usted, el último ¿cómo se llama?

Tiby: Soy Tiby.

Emperador: Es decir que te llamas Tibisay.

Tiby: No su majestad.

Emperador: Eh ¿Tiburcia?

Tiby: No su majestad.

Emperador: ¿Nepomucena?

Tiby: No su alteza, solo Tiby. 

Emperador: Tuvo, tovo, Tiby. Te declaro nueva emperatriz de este reino. 


(Los tres villanos se asombran y se molestan)


Emperador: ¡Silencio! Ella es la nueva heredera del trono. 


Hombre 1: Pero si su planta no creció. 

Carmen: Una persona que no sabe sembrar una simple semilla, no puede gobernar un reino. 

Hombre 2: Exijo una revisión, rectificación, conteo manual 

Emperador: Silencio, insolentes, Os di una semilla infértil, era imposible que floreciera. Era una semilla muerta (todos se asombran) ustedes, mentirosos, habéis tratado de engañarme plantando otras plantas. Esta joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su matero vacío, siendo sincera, realista y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener. Las mentiras siempre se descubren, por eso debemos decir la verdad siempre. Que viva la emperatriz Tiby, la honesta… 


Todos: Qué viva...


FIN


 




El fantasma travieso (obra de teatro breve infantil)

Ejercicio teatral para niños.

Autor Luis Gerardo Leal 

Diciembre de 2025.-



Personajes:

Lucía (la hermana menor, asustadiza pero valiente al final)

Tomás (el hermano mayor, bromista y travieso)



Escena única

(Un cuarto sencillo, puede ser la sala de una casa).


Lucía (entra corriendo, gritando): ¡¡¡Aaaayyyyyyy!!! ¡Un fantasma! ¡Yo lo vi, yo lo vi! ¡Tomás, Tomás!


(Tomás llega sin que Lucía lo vea)


Tomás: (gritando) ¿Qué?


(Lucía se asusta)


Lucía: No me asustes, ¿no ves que hay un fantasma?


Tomás (riendo): ¿Fantasma? ¡Jajaja! Lucía, tú siempre creyendo en esos cuentos de abuelitas. ¡Los fantasmas no existen!


Lucía (asustada): ¡Sí existen! Estaba allí, lo juro, con una sábana blanca que flotaba y hacia buuuu...

 

Tomás: ¿Buuu? ¿Qué significa buuu?


Lucía: No sé, no hablo fantasñol.


Tomás: no deberías creer en esas cosas. Pero si tienes miedo solo tienes que decir el Padre Nuestro al revés.


Lucía: ¿El Padre Nuestro al revés? ¿Así? (Se pone de cabeza y comienza a decir el Padre Nuestro)


Tomás: no, así no es. (La ayuda a ponerse de pie) mejor, si ves a un fantasma, sacas la biblia.


Lucía: pero y ¿si los fantasmas no saben leer?


Tomás: No sé... pero esto no puede ser verdad. Los fantasmas no existen. No seas tonta. 


Lucía: Te digo que si existen. Yo lo vi, lo escuché, lo olí.


Tomás: entonces quédate aquí sola, con tu fantasma. (Sale)


Lucía: No, no tr vayas, no me dejes sola. (Escucha un ruido) ay, ¿Qué fue eso? ¿Fuiste tú, fantasmas? (Sale buscando el fanstasma)


Tomás (entra sonriendo pícaro): Ajá, así que a mi hermanita le dan miedo los fantasmas. Pues ahora va a conocer uno.


(Tomás se coloca una manta encima y sale haciendo “¡Buuuuh!”).


Lucía (entra asustada): ay no, el fantasma está por aquí. 


Tomás-Fantasma: ¡Soy el fantasma de... (decir el lugar en que se realiza la función)! ¡Vengo a asustar a Lucía!


Lucía (grita y corre): ¡Ay noooo! ¡No me comas! (Se da una persecución de correr y esconderse, finalmente queda solo Lucía en escena)


(Se queda pensativa. Sale de su escondite, toma una soga).


Lucía (decidida, al público): ¡Ya me cansé! Voy a atrapar a este fantasma. Pero necesito su ayuda. (Alza la soga). Niños, cuando lo vean, griten bien fuerte: ¡Allí está!


(El fantasma aparece caminando. Los niños del público gritan. Lucía mira hacia el lado contrario).


Lucía: ¿Dónde? ¿Dónde? (El público señala, ella no lo ve, se da un juego de asomarse el fantasma, los niños del público gritan pero Lucia no lo ve)


Lucía: niños, me voy a esconder por aquí, por favor llamen al fantasma y cuando salga, zaz, lo atrapo ¿me ayudan? ¿Sí? Bueno, me escondo por aquí. Ahora llámenlo. 


Público; !Fantasma¡ ¡Fantasma! (Entra Tomás con manta)


Tomás-Fantasma: ¡Buuuuhhh! ¿Quién me llama?


(Lucía finalmente logra tirarle la soga y atraparlo).


Lucía: ¡Te atrapé, fantasma! Bravo, niños, fue gracias a ustedes. Ahora vamos a ver quién eres de verdad.


(Le quita la manta y descubre a Tomás).


Lucía (furiosa): ¡Tomás! ¡Era tú! ¡Te voy a acusar con mamá!


Tomás (quitándose la manta, arrepentido): Perdón, hermanita. Era jugando. Solo quería que veas que los fantasmas no existen, y que no hay que tener miedo de cuentos inventados.


Lucía (pensativa, luego sonríe): Está bien… yo también me equivoqué. Creí en fantasmas y me asusté mucho. Te perdono.


(Se abrazan).


Tomás: Eso sí, nunca más vuelvas a gritar por fantasmas.


Lucía (riendo): ya entendí


(Se escucha un ruido) 


Ambos: ¡Un fastaaaaasma!


(Salen asustados).


FIN

Ladrido Valiente (obra de teatro de títeres)


Obra de títeres de Luis Gerardo Leal

Julio de 2025.-



(Son cuatro personajes: Tío Matías, Mamá y Mataperros el bravucón. El cachorro es un peluche pequeño) 


(Música suave. Se escuchan ladridos de cachorro. Entra Matías interesado en ese sonido y comienza a buscarlo. Cuando busca por la derecha, suena por la izquierda, cuando busca hacia abajo, suena hacia arriba y así sucesivamente. Les pide ayuda a los niños del público)

 

MATÍAS: Niños, escucharon eso. Suena como… como… no sé… ¿Qué animal hace ese sonido?... ¿Un perro? ¿En Serio? Yo quiero mucho a los animales y quiero un perrito… vamos a buscarlo ¿Me ayudan? 


(Matías busca al perro en la parte de atrás del escenario)


Aquí no está… aquí tampoco… ¿dónde se habrá metido?


(El cachorro se asoma justo en frente, en el medio del escenario, mientras Matías sigue buscando en el fondo)


Ven perrito, perrito, perrito… ven acá… 


(Es importante hacer que los niños del público griten intentando decirle a Matías dónde está el perro. Matías habla con el público desde los extremos izquierdo y derecho sin notar al perro en el centro)


Niños, no griten tanto, que no puedo escuchar al perrito… Si, Si, lo estoy buscando… ven, perrito, perrito, perrito… 


(Finalmente lo ve, con asombro, grita de felicidad)


¡Un perrito! ¡Pobrecito! Estás flaco… y solo ¿Dónde está tu familia?


 (Lo abraza)


No te preocupes, te llamaré “Chispa”, o mejor “Firuláis”, no mejor “Campeón”, no, ya sé “Kali”, “Maylon Kali”… eso, Maylon Kali… Vas a estar bien, te lo prometo.


(Mira hacia los lados)


Solo tengo que… convencer a mamá.


(Se escucha el grito de la mamá)


MAMÁ: (en Off) Matíííías… Matííííías.

MATÍAS: (Asustado) Es mi mamá... escóndete, que no te vea… y no digas ni guau. 


(Comienza un juego de búsqueda y persecución, entre Matías y su mamá, ambos personajes entran, salen, se esconden, hasta que finalmente se encuentran)


MAMÁ: Ajá, ahí estás ¿Dónde te habías metido?


MATÍAS: En ninguna parte. Yo estaba en (se escucha un ladrido). 


MAMÁ: ¿Qué fue eso? ¿Fue un… ladrido?


MATÍAS: No, no… es que… ah, es que estoy enseñándoles a los niños a ladrar como perrito… a ver amiguitos, todos ladren como perro… así… más fuerte… ¿ves?


(Cuando cesan los ladridos del público, siguen sonando los ladridos del cachorro)


MAMÁ: ¿Y ese perro? ¡Matías! ¿De dónde sacaste ese perro?


MATÍAS: Lo encontré. Estaba solo, hambriento… No podía dejarlo. Solo necesito un poco de tiempo para cuidarlo, educarlo… ¡Te juro que me haré responsable!


MAMÁ: (Suspira) No, hijo. Llévalo de vuelta al sitio donde lo encontraste.


MATÍAS: Pero, pero… 


MAMÁ: Ningún perro, digo, ningún pero… ve a llevarlo a donde estaba.


(Sale la mamá, Matías se queda triste, se escucha el chillido del perrito)


MATÍAS: Lo siento, Maylon. Quería ser tu familia. Quise protegerte…


MATAPERRO: ¡Ey, niño! ¡Ese chucho es mío! Yo lo encontré primero… ¡y me sirve para entrenar las peleas!


MATÍAS: ¿Y tú quien eres?


MATAPERROS: Yo soy Ángel Santísimo de Jesús, pero me dicen “Mataperros”. Y voy a usar ese perrito como saco de boxear.


MATÍAS: ¡No! ¡No puedes hacerle daño! ¡Él no es tuyo! ¡Es un ser vivo!


MATAPERRO: ¿Y tú qué harás, enanito?


MATÍAS: (Habla con firmeza) Haré lo que sea para protegerlo. Si tienes golpear a alguien, golpéame a mí… ¡pero a él no lo tocas!


(Ambos se miran y se gruñen mutuamente como perros, los gruñidos van subiendo de intensidad y luego pasan a ladrarse. Matías pide ayuda)


MATÍAS: Niños, ayúdenme a espantar al Mataperros. Ladren con fuerza. 


(Matías, el cachorro y el público ladran hasta que atormentan a Mataperros)


MATAPERROS: ¡Ya Cállense! (Se tapa los oídos, corre de un lado a otro hasta que sale) 


(Entra la mamá)


MAMÁ: (Conmovida) ¡Matías! Arriesgaste tu vida por defender a ese perrito. Estoy orgullosa de lo valiente que fuiste. 

 

MATÍAS: No podía dejarlo solo… sé que soy un niño, pero también puedo cuidar y amar a los animales ¿puedo quedármelo? ¿Síííí?


MAMÁ: (piensa) A ver, niños ¿Qué dicen ustedes? ¿Sí o no? (El público dice sí)… Bueno, hijo, me has demostrado que tienes un gran corazón. Está bien… el cachorro puede venir a casa. Pero tú serás su dueño y su protector. Deberás hacerte responsable de su comida, su salud y sacarlo a pasear a diario ¿De acuerdo? 


MATÍAS: (Emocionado) ¡Gracias, mamá! ¡Gracias!


(El cachorro salta y ladra con alegría. Todos se abrazan)


(Música alegre.)

FIN

SÚPER PERRO (Teatro infantil breve)

(Ejercicio de teatro para niños)

Autor: Luis Gerardo Leal 

Lagunillas, diciembre de 2025.-



(Entra niño corriendo y da vueltas por el escenario, lleva capa, antifaz oscuro y orejas de perro. Se detiene con pose de héroe)


Niño1: Malandros temblad, aquí estoy yo, el ladrador de la justicia y mordedor de la maldad. Con el mejor olfato para oler crímenes a distancia y el mejor oído para escuchar todos los brollos, soy Súper Perro, el mejor amigo de la ley.


(Entra niño2 mira lo que hace el niño1 y va a buscar a sus amigos, los tres miran al niño 1)


Niño1: (oliendo hacia el público) por aquí huele a trampa, por allá huele a travesuras y por acá huele a pastel, allá voy… (Sale en dirección al olor de pastel).


Niño2: No puede ser, se volvió loco…


Niño3: ¿Pero qué le pasó? ¿Por qué está así?


Niño4: Yo sé que le pasó: de tanto ver películas de superhéroes ahora se cree uno…


Niño2: Siiii, eso es... se cree un Súper Perro.


Niño3: No es tan malo, peor sería que se creyera súper loro, Ruua!


Niño4: O súper Chivo, beee!


Niño2: O súper iguana… (Mueve la cabeza como las iguanas).


Niño3: ¿Y qué vamos a hacer? Tenemos que ayudarlo.


Niño4: ya sé qué vamos a hacer, vengan… (Se abrazan en círculo y cuchichean. Chocan las manos y salen).


(Entra Niño1, olfateando, gruñe, aúlla, levanta una pata para orinar)


Niño1: Percibo la maldad… percibo la mentira… percibo una arepa con jamón y queso…


(Entran niño2, niño3 y niño4, con antifaces)


Niño1: Ajá! Los olí desde ayer… ¿quiénes son ustedes?


Niño2: Somos pulga…


Niño3: Garrapata…


Niño4: y Sarna…


Niño1: Los enemigos mortales del perro… (Les gruñe. Los tres villanos lo van rodeando)


Niño2: Vamos a destruirte Súper Perro.


Niño3: Te pondremos un collar y te amarraremos al sol, sin agua ni comida…


Niño4: Un niño sin cuidados y sin amor, se muere lentamente…


Niño1: Son tres malvados villanos contra mí… pero no les tengo miedo…


Niño2: ¡Ataquen!


(Comienza una pelea en cámara lenta, con golpes de mentira. Súper Perro gana, los tres quedan en el suelo).


Niño1: (Con pose de superhéroe) Otra victoria para Súper Perro…


Niño2: Ya cálmate, somos nosotros… (Se quitan los antifaces)


Niño3: No somos malvados, solo queríamos ayudarte.


Niño1: ¿Cómo que ayudarme? Yo no necesito ayuda…


Niño4: Claro que sí, si te volviste loco, ahora te crees un súper héroe.


Niño2: Eso te pasa por ver tantas películas de Súperman…


Niño3: de Batman…


Niño4: del capitán América…


Niño2: de Spiderman…


Niño3: O el Chapulín Colorado.


Niño1: Yo no estoy loco, ni nada de eso… Yo decidí convertirme en súper perro para salvar a los perritos, a los que están en las calles, a los que son maltratados, los que están enfermos… solo eso…


Niño4: Ahhh… nosotros creíamos que estabas mal de la cabeza.


Niño1: Ustedes lo que deben hacer es ayudarme a rescatar perritos…


Niño2: Siii, vamos a ayudar a las mascotas…


Niño3: ¿Y cuánto hay pa eso?


Niño4: Nada. Vamos a ayudar y punto…


Niño1: ¡Eso! Vamos… (Caminan como héroes y salen)


FIN

Andrés Rojas y la ardentía de la poesía

Lagunillas, diciembre de 2025.- 


Es complicado definir la ardentía. Tal vez no exista una manera rigurosa de explicarla. Para tal tarea hay que acudir a la poesía y a uno de sus más destacados exponentes, Andrés Rojas, escritor, pintor, editor, promotor cultural, profesor de matemática y estudioso de la física cuántica. 

Nacido en el Morro de Puerto Santo, un pueblo de pescadores en el estado Sucre, pero con más de 40 años sembrado en el corazón petrolero de Venezuela: Cabimas, Lagunillas y Tía Juana. Esa combinación cultural entre la prevalencia del mar profundo y el calor zuliano le han aportado a Andrés la paciencia, creatividad y capacidad de reflexión que plasma en sus obras. 

Autor de libros como "Piel de Página", "Manual de Desacuerdos" y "Días que no pasan", Rojas suma ahora una importante victoria a su travesía literaria: el Premio de la XI Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, mención Poesía, por su obra "Últimas ardentías", cuyo veredicto fue anunciado en noviembre pasado. 

El jurado destacó en este compendio poético “la sostenida vitalidad y potencia en cada uno de sus poemas”, una fuerza que no se quiebra y que respira, verso tras verso, como si cada palabra fuera un fragmento de luz recién pescada.

El dictamen lo describió como un tejido elaborado desde la nostalgia y un erotismo sutil, entramado con metalenguaje y prosa original. Una obra que “logra en cada texto un importante manejo semántico al final de cada trabajo”, convirtiéndola en un libro digno del primer lugar en esa “amistosa y luminosa contienda de la palabra como búsqueda, destino y creación”.

No es poca cosa: en un país de poetas, la voz de Rojas se abre paso con la serenidad del mar.



La ardentía de la vida

Andrés mantiene aún las raíces de pescador que dejó en su infancia. De allí viene su obsesión luminosa: la ardentía, ese fenómeno marino que enciende el agua con destellos y despierta a los peces y a los hombres. De esa visión nace buena parte de su poesía. Es un hombre hecho de luz, de sal y de introspección, capaz de hablar de física cuántica y, al mismo tiempo, de la fragilidad humana.

La ardentía mezcla conocimientos ancestrales. Ocurre en el momento en que se conjugan en una especie de conspiración cósmica, la luna, la noche, el sol, las mareas, el clima y las corrientes marinas. Todo esto es percibido por los pescadores, quienes automáticamente se alinean con este milagro natural y ajustan a ella “las rutinas, oficios, diversiones y hasta encuentros amorosos”, explica Rojas en su ensayo “Detrás del Tiempo” (Revista Unermb Perspectivas, 2020)

La ardentía es una rebelión que rompe la linealidad del tiempo y esculpe nuevas formas de vida que “respeta el ritmo de la naturaleza y el universo”, desarrollando “otra consciencia y otra forma más libre del devenir de sus vidas”, continúa el autor. 



El multifacético

Andrés Rojas es además dibujante, y logró unir sus dos pasiones —trazo y palabra— a través de caligramas donde la poesía se vuelve imagen y los colores respiran ritmo. Como si esto fuera poco, utiliza sus coloridos caligramas para restaurar libros, dándoles una nueva vida a estos tesoros que pueblan sus habitaciones. 

Quienes lo conocen lo describen como un profesor paciente, de humor agudo, conversador elocuente y amigo irremplazable. Un hombre capaz de hacer sencillo lo complejo, de revelar que la ciencia también es un acto poético. Él mismo se define como promotor de “travesuras literarias” y “sistematizador de la habladera de güevonadas”, porque sabe que en la cotidianidad se encuentran obras de arte esperando ser valoradas. 

Rojas, con su filosofía relajada, siempre tiene un consejo que dar y un libro para recomendar. “Es un hombre multifacético”, describe su amigo Luis Medina, con quien compartió 34 años de trabajo en las escuelas de Petróleos de Venezuela (PDVSA). “Es un hombre del petróleo que viene del mar, fraguado por las manos de dos grandes mujeres: su abuela y su mamá”, agrega el también docente jubilado, quien encabezó un caluroso homenaje a Andrés, en la panadería Café Madrid, donde suelen reunirse poetas de Cabimas a llevarle la contraria a la rutina. 

Sueña con una librería. un pequeño faro donde lectores y creadores puedan encontrarse, intercambiar libros y palabras, conspirar en nombre del arte y la imaginación. Ya está a un paso de hacerlo realidad. Desde su editorial Novilunio impulsa a autores locales, ha organizado ferias, debates y exposiciones, siempre movido por la idea de que la cultura debe ser un acto compartido.

En su andar pausado, Andrés Rojas parece un personaje mítico-lírico, realista y optimista, cuya profundidad discursiva se pierde de vista. Un poeta que no olvida de dónde viene, que sabe hacia dónde va y que ha aprendido a mirar la vida desde ese punto exacto donde la palabra se convierte en descubrimientos, golpes de realidades, caricias y permanencia silenciosa. 






Encuentro de Resistencia Cultural: cuando el arte se hace pueblo

Lagunillas, noviembre de 2025.-

En Las Morochas, un pequeño pueblo del municipio Lagunillas, el arte volvió a florecer entre la brisa del lago y el murmullo de la fe. Los días 24 y 25 de octubre de 2025, la plazoleta de la Virgen del Rosario del Paraute se vistió de música, danza y color para celebrar el 15to. Encuentro de Resistencia Cultural, una cita que reafirma que la cultura es también una forma de amor, de lucha y de esperanza.



El evento, organizado por el Centro Cultural y Deportivo Las Morochas (Cecudelmo), bajo la dirección de la cultora Xiomara Matos, reunió a agrupaciones artísticas provenientes de distintos estados del país. A su alrededor, el santuario de la patrona de la Costa Oriental del Lago fue testigo de un espectáculo lleno de identidad y alegría popular.


Por dos noches, la comunidad fue escenario de una verdadera fiesta del espíritu. Grupos de danza, teatro y títeres ofrecieron su talento ante un público que no se cansaba de aplaudir. Participaron las agrupaciones de danzas América, Mis Raíces, Girasoles Dorados, La Vela, Casajuba, Maragym y Ezequiel Quintero, junto a los colectivos Juventud Teatral y El Maravilloso Mundo de los Títeres, además del colorido Movimiento de Burriquitas del Zulia, que llenó de risas y tradición las calles del pueblo. No podían faltar los artesanos y el colectivo de Muñequeras. 



Cada presentación fue una pincelada distinta sobre el mismo lienzo: la diversidad cultural venezolana. Hubo bailes que contaron historias de la tierra y del mar; títeres que despertaron la ternura de los niños; coreografías que unieron generaciones, haciendo vibrar a quienes aún creen en la cultura como una fuerza capaz de sanar y de unir.


Pero si algo distingue al Encuentro de Resistencia Cultural es su esencia comunitaria. Los habitantes de Las Morochas abrieron las puertas de sus hogares para recibir a los artistas visitantes, quienes fueron hospedados con sencillez y afecto. No hubo hoteles ni grandes escenarios, solo la calidez de un pueblo que entiende que el arte florece mejor en tierra compartida.



Durante 15 ediciones en 20 años, Cecudelmo ha logrado mantener viva esta tradición gracias al esfuerzo, al sacrificio y al compromiso colectivo. En cada edición, Xiomara Matos y su equipo de trabajo demuestran que cuando un pueblo se organiza y se une, puede levantar con sus propias manos una celebración de alto valor humano y artístico.


Este año, además, la celebración coincidió con el 374 aniversario de la aparición de la Virgen del Rosario del Paraute, símbolo de devoción y esperanza para toda la región. Así, entre plegarias y aplausos, el arte y la fe se entrelazaron una vez más bajo el mismo cielo.



El Encuentro de Resistencia Cultural es un acto de memoria, una declaración de amor por lo nuestro. En tiempos difíciles, Las Morochas vuelve a recordarle al país que la cultura no se rinde, que la identidad se defiende bailando, cantando y compartiendo.


El pueblo demostró que la verdadera resistencia está en seguir celebrando la vida, el arte, la hermandad, el amor por Venezuela y la capacidad para unir almas alrededor de un escenario.












Ingrid Araujo hizo del teatro un refugio

Lagunillas, octubre de 2025.-



Ingrid Josefina Araujo Marcano es mucho más que una artista, es un ser único que se refugió en el teatro para crear mil vidas y mil personajes. Nacida en Lagunillas, estado Zulia, el 22 de marzo de 1958, lleva más de medio siglo respirando artes escénicas y sembrando vocaciones.

Actriz, dramaturga, poeta y docente, Ingrid Araujo se ha formado con disciplina y pasión en diversas ramas del arte. Egresó en 1982 de la Escuela de Artes Escénicas Inés Laredo; en 1983 de la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón; y en 1992 de la Escuela Carlos Parra Bernal. Años después, en 1997, sumó a su trayectoria la licenciatura en Trabajo Social en la Universidad del Zulia, donde también se desempeñó como docente en la Dirección de Cultura.



Durante su carrera formó parte de numerosas agrupaciones teatrales, entre ellas Tablón, Galpón, Neo-Formo, Karla Monti, Fuego, Acción Creativa, Experimental de Imágenes y Fundaescela, donde dejó huellas imborrables. En cada una, Ingrid llevó su particular mezcla de rigor y ternura, de exigencia y libertad creativa.

Autora de varias piezas teatrales, su pluma se distingue por una sensibilidad que combina el lirismo con la crítica social. Obras como "Concierto para ocho actores" y "Réquiem para un diálogo" fueron dirigidas por ella misma bajo el sello del grupo Fuego. En 1997, su obra "Hasta el Sur del Lago de Maracaibo" representó al Zulia en importantes festivales nacionales, y al año siguiente publicó su poemario "Rubros", un conjunto de versos donde se asoma la voz de una mujer que observa el mundo con asombro, ironía y ternura.



En escena, su presencia era magnética. Participó en montajes como "Ana María Campos", "La Zapaterita Prodigiosa", "Arsénico y Encaje", "Aquiles va Nazoa", "La Saga" y "El Pirata Iguanero". Pero su papel más recordado es, quizás, el monólogo "Yo solo tengo que hablar de petróleo", escrito e interpretado por ella misma, una pieza profundamente humana que retrata la vida de los habitantes de Lagunillas, marcada por la bonanza y la ruina del oro negro. También incursionó brevemente en la televisión, donde interpretó a “La Tartufa”, una vecina indiscreta en la serie "El Taxista Maracucho".


De regreso a su tierra, en 1998, asumió la dirección del grupo teatral de la Casa de la Cultura Don Otilio Miquilena. Desde allí formó generaciones de jóvenes artistas como Iralyn Urrutia, Robert Silva y Abel Medina, que aún la recuerdan como su madre teatral. Bajo su dirección cobraron vida obras como "El Príncipe Feliz", "Paz en las Alturas", "El Rompimiento", "Anacleto el avaro" y "Hubo una vez y aún existe".


Durante doce años organizó el Encuentro de Artes Escénicas “El Teatro va a las Comunidades”, llevando el arte a los barrios, a las plazas, a las escuelas, donde la cultura se volvía encuentro, espejo y esperanza.

Ingrid Araujo es una mujer de carácter fuerte y mirada dulce, de verbo encendido y pensamiento libre. Una creadora que rompió moldes, que apostó por el teatro como forma de resistencia y de belleza. En ella conviven la maestra, la artista, la amiga y la soñadora incansable.

Hoy, desde Caracas, sigue siendo esa llama viva que ilumina el camino de quienes descubren en el arte un modo de ser y de sentir. Sus exalumnos la evocan con gratitud; sus colegas, con respeto. Todos coinciden en algo: Ingrid Araujo hizo del teatro una forma de amar y eso la convirtió en un ser inmortal.







El caso del erróneo himno de Lagunillas

Lagunillas, octubre de 2025.-

Foto de 2002.


El himno oficial del municipio Lagunillas, creado por Rafael Rincón González y presentado por primera vez el 20 de abril se 1982, perdió su sentido original desde que surgieron copias erróneas, que se han difundido en libros y documentos gubernamentales.


El profesor Jesús Reyes, director de la Cantoría y el primer músico en interpretar el himno local ante las autoridades, lamenta que no se le haya prestado atención a las alteraciones del símbolo musical. Reyes tiene más de dos décadas alertando sobre esta situación y ahora pide que se establezcan acciones para corregir los errores.


Las discrepancias son mínimas pero constituyen una violación a la ordenanza que decretó su oficialidad, también es un irrespeto a la obra de Rincón González y a la identidad de Lagunillas. 

Publicación del diario La Verdad, del 27 de julio de 2003.


Los errores

La modificación más notoria mostrada en diferentes versiones está en el coro, donde la letra original dice "Lagunillas, cual fénix surgiste", ha sido cambiada por "Ojeda, cual Fénix surgiste".


Algo similar ocurre con la palabra "ara" en la tercera estrofa. Este término se refiere al altar o piedra sagrada donde se ofrecían sacrificios a Dios y es utilizada en el himno para explicar cómo los viajeros sacrifican sus barcos para quedarse en esta tierra. En algunas versiones aparece "aras", aunque esta palabra no tiene plural. 


En esta misma estrofa, también suelen cambiar la frase "este pueblo de Mara", la única referencia indígena en la canción, por "este pueblo del ara", por lo que se altera el sentido del tema.


Otra modificación es la frase "solo Dios nos da fuerza en la idea", de la segunda estrofa, que en algunos textos aparece como "solo Dios da la fuerza en la idea". De nuevo, se trata de cambios mínimos pero imperdonables. 


Además, hay un "que", cambiado a "quien" y la "Y" (i griega) insertada en dos ocasiones, sin explicación. 

Publicación del Catálogo de Patrimonio Cultural (2008) con el himno erróneo.


El origen 

En 2003, el entonces cronista municipal Omar Bracho aseguró que se trataba de "errores de tipeo" en el documento oficial que albergaba su oficina. Esta versión no corregida aun es la que ha causado la difusión de letras incorrectas del himno. 


Algunas de las letras erróneas han llegado a publicarse en libros como la Historia Regional del Zulia y el Catálogo de Patrimonio Cultural de la Nación. Además, abundan las páginas web con letras alteradas y que lamentablemente son las que consultan los estudiantes cuando investigan sobre los símbolos municipales.


Ese mismo año, se le consultó al autor, Rafael Rincón González, sobre esta situación. En un correo electrónico, enviado por su hija, el reconocido músico respondió: "No sé por qué cambiaron la letra... el himno que le hice llegar es el correcto". 


Esperamos que el Concejo Municipal permita la investigación, promueva un debate o instale una mesa de trabajo para que se plantee este caso y se realicen las correcciones pertinentes. Asimismo, es imprescindible diseñar una campaña de difusión y formación, especialmente en escuelas y medios de comunicación, para que el himno municipal correcto sea conocido por sus ciudadanos.


Opinión impopular

El himno del municipio Lagunillas no es del agrado de los cultores que defienden la identidad histórica indigenista ancestral, debido a que esta letra fue promovida por los empresarios extranjeros residenciados en Ciudad Ojeda


Es por esto que el himno casi no tiene referencias indígenas (salvo la mención al indio Mara) pero si se menciona al conquistador español Alonso de Ojeda a quien se califica de "romántico nauta", a pesar de sus crímenes. 


El himno está dedicado a la ciudad, más aún en sus versiones no oficiales, lo que resulta en la invisibilización de las parroquias rurales del municipio. De hecho no se mencionan a los campesinos.


Además, la inclusión de elementos de mitología europea como el "olímpico ancestro", explican que es un himno dedicado a los inmigrantes italianos, españoles y portugueses, en lugar de homenajear sinceramente a los habitantes autóctonos. El ave fénix se usa para dar a entender que el municipio nace a partir del incendio de Lagunillas borrando la historia antigua. Y la estirpe templada con fuego refuerza esa idea con un toque de racismo.


Aun así, el himno debe ser respetado, porque por sobre todas las cosas, debe prevalecer el cumplimiento de las leyes.



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