Robert Silva: el niño que se quedó a vivir en el teatro

Lagunillas, julio de 2025.-

En 1997, un niño de mirada brillante y corazón curioso cruzó por primera vez las puertas de la Casa de la Cultura “Don Otilio Miquilena”, del municipio Lagunillas. El pequeño Robert José no sabía aún que aquel lugar, con olor a madera, risas y telones, se convertiría en su segundo hogar, su escuela de vida y su templo sagrado. Allí comenzó su historia, guiado con ternura por la profesora Ingrid Araujo, quien le mostró que el teatro era mucho más que actuar: era sentir, soñar y transformarse.


Desde entonces, Robert no se ha bajado de las tablas. Ha sido guiado por grandes formadores como Richard Nava, Mercedes Berbesí, Alexander Olivares, Itto Rodríguez, Luis Gerardo Leal y Alberto Sandoval, creciendo con cada personaje, con cada ensayo, con cada aplauso.

A Robert Silva lo hemos visto encarnar a héroes de la independencia, a mujeres que sufren en silencio, delincuentes temblorosos, un muerto desnudo y hasta al mismísimo Jesucristo crucificado.  



Interpretó al Libertador de niño en la obra “El Sueño de Simón”; también en su versión adulta en “Miranda Mi Historia” y un Bolívar luego de trascender a la muerte en “Venezuela Un Mensaje por la Paz”.  

“Deseo hacer teatro por el resto de mi vida... que nadie se quede sin conocer su magia”, dice Robert con la convicción de quien ha hecho del escenario su destino. Hoy, con esa misma pasión, es profesor de teatro en la Casa de la Cultura donde comenzó, formando a niñas y niños que, como él, llegan llenos de ilusiones.



El recuento de obras en las que Silva ha participado es extenso. Bajo la dirección de Ingrid Araujo actuó en “El Príncipe Feliz”, “Paz en las Alturas”, “Ana María Campos”, “Hubo una vez y aún Existe” y “Anacleto el Avaro”, entre otros.

Con Richard Nava, ha presentado “El Gitanillo Apaleado”, “La Tormenta del General”, “Gibrán”, “La Comedia Urbana”, “Crónicas Desquiciadas” y “Tengo que Admitir que Mi Madre es una Vieja Abominable”, entre muchos otros.



Con los títeres, bajo el liderazgo de Alexander Olivares, Robert hizo felices a niños y adultos con montajes como “La Princesa Ojeda”, “Chímpete Chámpata”, “Malo Maloso Comeflores” y “El Gato Negro de Cola Blanca”.

Por su parte, con el profesor Alberto Sandoval, ha actuado en las obras “De Nombre Nacha”, “Bolívar Mi Delirio Mi Historia”, “Digui”, entre otros.



“Un actor para merecer ese título debe sentir pasión por este arte viviente, además tener creatividad, capacidad de observación, buena memoria, curiosidad y estar dispuesto a aceptar críticas”, reflexiona en joven teatrero.

En 2005, fundó el grupo Guerreros de la Luz, especializado en mensajes bíblicos, con el cual dirigió obras como “Gólgota”, “Confesiones de San Agustín”, “Vida de Santa Mónica”, “El Hijo Pródigo” y “El Pesebre Viviente”. Paralelamente, creó el colectivo Guerreros del Arte, con temáticas más generales, que ha presentado “El Rompimiento”, “El Principito”, “El Grinch”, “Cuento de Navidad”, “El Cascanueces” y “Matilda el Musical”.



Silva también lleva el arte a las escuelas, dirige obras infantiles, asesora a liceístas y comparte su experiencia con docentes. Pero su talento no se queda en las tablas: ha danzado tradiciones, caminado en zancos, dado vida a títeres y contado cuentos con la ternura de un juglar moderno. Es un divertido payaso, recreador, animador, coreógrafo y muchos otros oficios cargados de la energía inagotable de quien se alimenta del arte.

Robert Silva no es solo un actor. Es un sembrador de futuros, un generador de emociones y un custodio de la llama teatral en Lagunillas. Y mientras existan niños que entren curiosos a un taller de teatro, él estará allí, con los brazos abiertos y el alma encendida.












2 comentarios:

Mercedes Berbesi dijo...

"Merce me enseñó a amar la música y las tradiciones venezolanas...". Es una frase que con frecuencia y mucho orgullo he escuchado de labios de este cultor nuestro que, desde niño, mostró su talento en las tablas. Gracias Luis por este hermoso artículo que nos da a conocer la trayectora de este valor que ayudamos a formar para el futuro cultural de Lagunillas.

Anónimo dijo...

Las palabras quedan cortas para este gran artista, te Amo y te bendigo, gracias por mostrarme lo bonito que es trabajar con niños e inculcarles el Amor por la cultura y tradición de nuestro país. Eres un ejemplo, fuiste mi inspiración para formarme como docente y poder seguir ese trabajo tan bonito que realizas . Dios te bendiga y muchos éxitos

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