Tomado de las crónicas de Omar Bracho y apuntes de Javier Fernández.
Para mediados del siglo XVII, Lagunillas (Zulia) existía como una floreciente comunidad indígena montada sobre el Lago de Maracaibo en vecindad a la Gran Ciénaga Lagunillas en la desembocadura del río Paraute conocido después como el río Pueblo Viejo.
La presencia de los indígenas de la etnia añú, en la comunidad palafítica alrededor de la desembocadura del Río Paraute, la Gran Ciénaga de Lagunillas y zonas aledañas, es ancestral. Eran pescadores, cazadores y recolectores. Además, daban un amplio uso a la eneas, una planta semi acuática que proveía fibras para vestimentas, cestería y techos de viviendas.
El Obispo Católico Mariano Marti Stadella en una relación, hoy histórica que él escribió de su visita en 1774, al poblado palafítico describe las principales características de la primitiva comunidad construida por los indígenas en el Lago de Maracaibo, destaca la existencia de una población conformada por 291 personas que integraban las 64 familias ocupantes de 38 casas levantadas sobre fuertes horcanaduras y estacas profundamente hundidas en las arenas del fondo del Lago.
Cuenta la leyenda, que el 28 de octubre de 1651, la tranquila población de primitivos fue gratamente sorprendida por la milagrosa revelación de Nuestra Santísima Virgen del Rosario en la cara de una pequeña tabla de madera que, empujada por la suave corriente del río Paraute, jugueteo entre los pies descalzos de un indígena joven quien proclama a gritos el sorprendente hecho.
Desde entonces la Virgen del Rosario del Paraute fue objeto del más elevado fervor y adoración que jamás haya existido en la Costa Oriental del Lago para cualquier divinidad religiosa y en la actualidad es venerada como Patrona de Lagunillas y de toda la Costa Oriental del Lago en su hermoso santuario de la iglesia de Las Morochas.
El 28 de abril del año 1856, el hermoso caserío ancestral fue inscrito en la Ley de División Territorial de la República de Venezuela sancionada ese año como Parroquia del entonces Cantón Altagracia, Provincia de Maracaibo, conformada por el estado Zulia y parte del estado Falcón. La mención fue ratificada por la Asamblea Legislativa del estado Zulia el 23 de enero de 1895.
En el Cantón Altagracia con la Villa Altagraciana de cabecera fueron agrupadas las parroquias Altagracia, Rita, Cabimas, Lagunillas.
Lagunillas, la parroquia
El territorio de la entonces parroquia Lagunillas legalmente se deslinda según los registros públicos correspondientes para esa época de la siguiente manera: “Desde el estallido situado cerca de la casa de habitación de Amenodoro Villasmil, en la costa, frente al pueblo lacustre se mide hacia el sur una recta de una legua de cinco kilómetros y medio hasta el frente del hato de ganado vacuno llamado ‘Las Clavellinas’, de este punto se tiende una línea recta de tres leguas hacia el este y en ángulo recto con la anterior; de tal punto hacia el norte se mide una recta de dos leguas perpendicular a la anterior; de aquí, cruzando el ángulo recto hacia el oeste se describe una línea de tres leguas hasta el pueblo de Tasajeras y finalmente volteando en ángulo recto hacia el sur se recorre una línea de una legua para llegar al punto de partida frene a la casa del ya nombrado ciudadano Villasmil”.
En esta mensura se ha hecho la deducción de dos leguas cuadradas correspondiente a la superficie que ocupa la gran “Ciénaga de Lagunillas”.
La Parroquia Lagunillas pasa ser Municipio Urbano del Distrito Bolívar desde el 24 de diciembre del año 1884 hasta el 4 de agosto de 1978 cuando la Asamblea Legislativa del Estado Zulia aprueba una nueva reforma a la Ley de División Político Territorial por la cual se crea el Distrito Lagunillas que vuelve a ser Municipio Autónomo desde 1988 cuando se reforma de nuevo la Ley de División Político Territorial de la entidad estatal zuliana.
Lagunillas de Laguna Pequeña
La denominación de este municipio del estado Zulia proviene de una pequeña laguna que se originó en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo en la desembocadura del río Pueblo Viejo o río Paraute. La población originaria de la zona preeuropea descendiente de los arawacos de donde provienen a su vez los añú, caquetios y wayuu. Es sabido que épocas lluviosas el caudal del río Paraute se triplicaba, desbordándose y cubriendo de agua grandes áreas de la zona de contacto con el lago de Maracaibo.
Estas lagunas pequeñas, o Lagunillas, dieron el nombre al actual municipio. Ello también determinó el origen palafítico de los pueblos de este territorio, una tradición que sobrevivió por muchos años en las casas de Tasajeras.
Concepción y Candelaria
Nuestra Señora de la Concepción de Lagunillas fue el primer nombre castizo adjudicado al actual municipio en 1730 y luego en 1774 se le llamó Nuestra Señora de la Candelaria de Lagunillas.
Su territorio fue de gran atracción para los españoles por la presencia del “Mene” (petróleo) que manaba espontáneamente en manantiales y el cual era utilizado por los indígenas en buena parte de las actividades de la comunidad incluido el uso con fines curativos. Es muy recordada aquella anécdota de que la reina de España ordenó llevar petróleo de estas tierras para administrárselo al rey Carlos V, quien sufría una afección bronco pulmonar.
En 1876, W. Briceño Méndez también menciona el petróleo de San Timoteo y Lagunillas. Así el territorio Lagunillense, antes conocido por sus casas en agua, ahora ganaba fama por sus yacimientos.
Concesiones
Durante los primeros años del siglo XX, fueron otros los propósitos y las circunstancias que le dieron al petróleo relevancia mundial, de tal suerte que pasó a ser la principal fuente de energía y el factor dominante de la nueva economía planetaria.
Lagunillas, que durante la colonia había sido un punto de contacto portuario en el desarrollo del modelo agroexportador del occidente venezolano con su base de operaciones en la Ciudad Puerto de Maracaibo, pasó a ser junto con el Zulia un espacio productor de petróleo con ello se produjo uno de los cambios históricos que llego por la vía de las concesiones petroleras.
Entre los primeros protagonistas de las concesiones de hidrocarburos de la Costa Oriental del Lago se encuentra Antonio Aranguren en 1907 a quien se le otorgó durante 50 años el permiso para explotar asfalto natural en una extensión de un millón de hectáreas.
Más tarde fue traspasado a la Venezuela Oíl Concession (VOC) el campo costanero Bolívar, tercero en tamaño del mundo. También recibió concesión la Lago Petroleum Company, pero fue la empresa holandesa Shell la que consolidó esta concesión en 1953, siendo finalmente cancelada el 31 de Diciembre de 1975 con la nacionalización de la industria petrolera venezolana.