OPINIÓN: La Fiesta de las Locas como Patrimonio Cultural



Lagunillas, diciembre de 2022.-


Uno de los episodios más grotescos y abominables que encontramos en las sagradas escrituras es indudablemente la matanza ordenada por el Rey Herodes a todo niño menor de dos años en la ciudad de Belén. Hecho histórico que recordamos cada 28 de diciembre en todo el mundo.

Cada pueblo a lo largo de la historia ha venido conmemorando este día de forma muy particular. En el continente americano es una de las tantas manifestaciones impuesta por los invasores europeos a través de la religión católica y sin embargo se ha mantenido en nuestros países por más de quinientos años. 

En Venezuela se acostumbra celebrar este día con bromas pesadas como el de echarle sal al café, realizar una falsa llamada con noticias sorprendentes y mil bromas que a medida que va pasando en día, van subiendo de tono.

En algunas regiones del país, encontramos una diversidad de manifestaciones culturales alusivas a este hecho. Por ejemplo, en el estado Monagas “El Baile del Mono de Caicara”; en el estado Lara “El Baile de Las Zaragozas”, en el estado Mérida “Los Locos y Locaínas”; en el estado Trujillo “Las Locas de la Quebrada”; en el estado Falcón “Los Locos de La Vela”; y del estado Zulia “El Baile de las Locas” en el municipio Lagunillas. 

Aunque esta manifestación festiva del municipio Lagunillas últimamente ha sido muy cuestionada por algunos sectores sociales quienes afirman que no es una manifestación cultural, que está lejos de ser una actividad folclórica y que más bien se proyecta como una “perversión diabólica que promueve la homosexualidad”. 

En relación a estas definiciones conozcamos las características que posee la satanizada “Fiesta o Baile de Las Locas": 

-Gran cantidad de público asistente con un aproximado de dos a tres mil personas.

-Tiempo de duración continua de seis horas aproximadamente. 

-Es una alternativa de turismo cultural ya que asisten personas de diferentes municipio del estado Zulia e incluso de estados vecinos.

-Se expresa creatividad en la elaboración de los disfraces, maquillajes y pelucas.

-Participan adultos mayores, adultos, jóvenes, adolescentes y niños lo que indica que la manifestación se puede mantener viva en el tiempo de generación en generación.

-Testimonios de cultores investigadores relatan que esta manifestación cuenta con una data de más de cincuenta años de antigüedad.

Conozcamos ahora las definiciones de patrimonio cultural que dan ciertos organismos competes en la materia:

La UNESCO define al patrimonio cultural inmaterial o “patrimonio vivo”, como las prácticas, expresiones, saberes o técnicas trasmitidos por las comunidades de generación a generación.

El Instituto de Patrimonio Cultural en Venezuela desempeña un rol fundamental en la protección de la herencia cultural del país y está adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Su definición es que el patrimonio intangible se trata de tradiciones y costumbres que suelen trasmitirme a través de la oralidad, como danzas, festividades o eventos culturales, entre otros.

En este sentido de acuerdo a las características de la manifestación en cuestión estas organizaciones según sus definiciones avalan a esta festividad como un patrimonio cultural inmaterial.

Sin embargo, está claro que en los últimos años esta actividad se ha salido de control, ya que no existe un código de ética que establezca ciertas limitaciones o reglamentos a este evento. Ni gobernantes municipales de turno, ni los representantes culturales del estado, ni los cultores populares de municipio se han preocupado por redactar este código de ética tan necesario para poder darle continuidad a esta tradición, ya que de lo contrario seguirá sin control y puede correr el riesgo de ser prohibida para siempre en nuestra ciudad.

Richard Nava
Cultor del Municipio Lagunillas

La romántica historia de Alonso de Ojeda y la guaricha Isabel

Lagunillas, agosto de 2022.-

En 1508, cuando Alonso de Ojeda rondaba los 40 años, llegó a la costa de la actual Colombia donde se encontró una aldea indígena. El conquistador español ya había tenido malas experiencias con los nativos, por lo que no se confiaba ni siquiera de éstos a quienes encontró desarmados. De allí se llevó un puñado de jóvenes como esclavos, entre ellos una niña de 10 años cuyo nombre no podía pronunciar, por eso la bautizó como la reina de España, Isabel. 

Atravesaron el Caribe y llegaron a Santo Domingo, donde los esclavos fueron vendidos, pero Ojeda conservó a la niña, a la que embarazó. Para la niña no había otra opción que quedarse con su captor, ya que se encontraba en otra tierra, entre desconocidos que hablaban un idioma completamente incomprensible para ella.
 
 En 1515, atormentado por todos los crímenes atroces cometidos, Ojeda se internó en el Monasterio San Francisco de Santo Domingo. A este lugar no pudo entrar la pequeña india, ya adolescente, por dos razones: era mujer y era india, pues los europeos no reconocían como seres humanos a los nativos. Para ella, la situación era compleja, había parido 3 hijos del conquistador, de quienes desconocía su paradero. Seguía sola lejos de su casa y su familia, y la única esperanza de regresar estaba muriendo en un claustro católico. 

Ojeda murió y con él murieron las esperanzas de la joven de volver a su casa. Lo despidió con llanto inconmensurable. Definitivamente no era amor. Ella murió de frustración, desaliento, soledad, de hambre y seguramente de alguna enfermedad como pulmonía.

No es la romántica historia de Pocahontas, es la historia de un pederasta que secuestró a una niña inocente, la embarazó y finalmente la abandonó a su suerte. Pensaremos en esta historia cuando veamos a los ojos a nuestras niñas. 

La Cultura del Oropel que engulle al amor al arte

Mayo de 2022.- Llamamos cultura del oropel al uso del trabajo cultural para adornar las actividades institucionales, cuando a los artistas solo se les toma en cuenta para actos protocolares, celebrar efemérides o resaltar las gestiones de los gobiernos, sin valorar el esfuerzo ni la inversión que exigen las creaciones. Tal vez este sea una definición un poco imprecisa. Intentemos despejar la idea. 
En el podcast Los Eufémicos, el profesor Andrés Rojas explicó que la cultura del oropel es una manifestación o un estilo de gestión cultural ligado a las instituciones públicas donde el hecho cultural se utiliza como decoración, como quien agarra una bambalina y la cuelga como ambientación, por ejemplo cuando tenemos una actividad y llamamos a los que bailan para que rellenen el programa.

Es importante agregar que el oropel es una pieza de materiales como el latón que imita al oro, se usa como un adorno que en apariencia tiene mucho valor, pero en realidad es solo una imagen falsa.

Lamentablemente, existen cultores que tienen una actitud pasiva ante este tipo de políticas o se prestan para ser parte de estas actividades y así figurar en los programas protocolares, en lugar de ser parte de una verdadera lucha por los derechos y la dignidad cultural.

El hecho cultural explica Rojas- es la búsqueda permanente de la belleza a través de las diferentes formas de expresión, sin embargo esto se desvirtúa cuando no hay institucionalidad cultural, con una gestión que trascienda más allá de la efeméride. 

Debido a esto, las agrupaciones culturales se han convertido en una suerte de agencia de festejos que preparan los actos de gobierno (local, regional o nacional), con presentaciones que apoyen, promuevan o defiendan su discurso, sus ideas o sus mensajes.

En los Eufémicos también participan Jhonathan Camacaro, promotor cultural y teatrero; y Luis Gerardo Leal, periodista y teatrero, ambos del municipio Lagunillas. 

Camacaro definió la cultura de oropel como una fachada que no permite la trascendencia del hecho artístico, limitándose a un pseudo producto que carece de bases teóricas, filosóficas, estéticas, sociológicas o de identidad.

Es importante analizar este tipo de usos protocolares del hecho cultural que va engullendo el trabajo artístico, porque al dedicarse solo a cumplir con eventos particulares se va perdiendo la razón verdadera por la cual existen los cultores. 

Las instituciones se aprovechan de las necesidades de los artistas para utilizar su talento como decoración, sin aportar un apoyo real (financiero, logístico, técnico o formativo) que podría contribuir a mejorar, continuar o ampliar la capacidad de producción de esos cultures. 

Con el pasar del tiempo, esta costumbre se ha fortalecido mientras que las producciones originales, personales o de identidad cultural se van perdiendo, se han vuelto escasos los espacios de creación, la sociedad va olvidando el hábito de asistir a eventos culturales y se va perdiendo el verdadero valor de la cultura.

Aún hay mucho que discutir sobre este tema, pero esperamos que estas primeras aproximaciones contribuyan a despertar el interés en la realidad que enfrentan los cultores y la necesidad de fijar una posición al respecto para pedir dignidad y libertad creativa. 

Angélica Aras y las obras de papel

  

Lagunillas, abril de 2022.- 

Angélica Aras es una exploradora inquieta y curiosa. Exploradora de mundos, de palabras, de texturas, de colores, de emociones, de expresiones, de lo que no conoce, de lo único, de lo que más nadie ve. 
 
 
Hija de Lagunillas, se fue a recorrer Europa antes de que estuviera de moda salir de Venezuela a lo desconocido. Allá, en el continente de viejos, descubrió su capacidad creativa y una habilidad para transformar materiales ordinarios en obras de arte. 
 
Aras es licenciada en letras de la Universidad del Zulia y pasó por la escuela de Arte Neptalí Rincón en Maracaibo. Luego estudió en la Sociedad Nacional de Bellas Artes y en la escuela Ar.Co, ambas en Lisboa (Portugal) y ha desarrollado un estilo propio creado a través de la experimentación y la intuición.
 
 
Durante el mes de abril de 2022, exhibirá sus creaciones en la exposición “Obras de papel” (Oeuvres sur papier), en la Biblioteca Pública de Sierre, cantón de Valais en Suiza, donde mostrará el resultado de su técnica de pintura con pastel al óleo sobre papel reciclado, combinación que ha generado expectativas entre los amantes del arte, por lo que la artista dictará un taller el 26 de abril para explicarlo y multiplicarlo. 
 
Pastel al óleo es un pigmento resultado de una mezcla de aceite y cera, de lento secado y que después de un tiempo crea texturas únicas e interesantes. Esta pintura es el primer ingrediente de su obra, el segundo es el papel reciclado, principalmente periódicos. 
 
“Tomé periódicos de diferentes idiomas como el lituano, ruso, francés, alemán, inglés, para transformarlos en obras de arte”, dice Aras quien considera que este material es cada vez más raro y está próximo a desaparecer.
 
“Es un papel que vemos cada vez con menos frecuencia, a medida que aumenta el uso de dispositivos tecnológicos. Pero es muy útil, porque su fragilidad y forma le dan una capacidad de expresión propia, al unir las hojas se crean líneas que enriquecen la pintura”.

La exposición se llama “Obras de papel”, obras en el sentido de la construcción, porque es un trabajo artesanal creado en sucesivas capas. El papel unido se convierte en un gran lienzo con formas geométricas, líneas, vacíos y sobre todo palabras. 
 
Angélica es una apasionada de las letras, tal vez por eso eligió el periódico, -como dice la reseña de la exposición- “porque el verbo como materia prima de la literatura le sigue fascinando” y porque las posibilidades expresivas de este papel son infinitas, delicado en su finura, elaborado para una función efímera, pero en sus manos se transforma en una historia diferente, duradera, profunda. 
 
Otro elemento importante es el tema de sus obras, más allá del material y las técnicas, las pinturas en sí son historias por descubrir, un universo de colores, formas, texturas sobre las palabras ocultas del papel. 
 
 

“El tema principal es el mundo de la infancia, representado en figuras de animales fantásticos que bien podrían salir de la imaginación de los niños”.
 

Son imágenes que despiertan la ilusión en algunos casos y la nostalgia en otros. Obras en papel que te invitan a explorar más allá de lo obvio, a descubrir lo que representa y a descubrirte en ellas.
 

Escuela Ayacucho de Lagunillas cumplió 83 años

La Unidad Educativa Ayacucho, perteneciente a la Unidad de Escuelas de PDVSA, celebró sus 83 años de trabajo continuo en la formación de ciudadanos, sentado bases de muchas generaciones de profesionales con altos valores humanos.


Esta institución ubicada en Campo Rojo, municipio Lagunillas, alberga actualmente a 217 estudiantes de educación inicial, primaria y hasta tercer año de educación media general, siendo una referencia en cuanto a formación con calidad pedagógica en la Costa Oriental del Lago.

Los orígenes de esta escuela se remontan  a los años 30 cuando la maestra de origen andino, María Ida Briceño, comenzó a impartir clases en su vivienda, atendiendo inicialmente a unos 20 estudiantes, hijos de obreros de la industria petrolera.

Rápidamente la matrícula creció y llegó a tener más de un centenar de estudiantes. Fue entonces cuando la empresa Creole Petroleum Corporation encomienda a Pedro Julio Maninat la creación de instituciones formales, iniciando con la Escuela Concordia en Cabimas (hoy Pedro Julio Maninat); la escuela Miguel Ángel Granados en Tía Juana y Ayacucho en Lagunillas.

Oficialmente, la Unidad Educativa Ayacucho fue fundada el 8 de enero de 1939 y su nombre rinde honores a la batalla de 1824 que selló la independencia de los pueblos de América del Sur.


Alonso de Ojeda era un genocida consagrado

Lagunillas, enero de 2022.-

La discusión sobre identidad en Lagunillas (Zulia) ha permitido el descubrimiento de datos valiosos sobre la historia local y derribar mitos sobre falsos héroes que han sido impuestos en esta zona. Uno de esos es Alonso de Ojeda, conquistador español nacido en Torrejoncillo del Rey (España) en 1466, quien llegó al Caribe en 1493 con el segundo viaje de Cristóbal Colón.


Sobre este personaje, el historiador, docente universitario, economista y escritor zuliano Yldefonso Finol aclaró que muchos elementos que forman parte de su historia son falsos, exagerados o romantizados. 

En conversación con el cultor Jhonathan Camacaro, Finol explica que “Alonso de Ojeda fue un genocida, experto asesino de indígenas", que tuvo una vergonzosa participación en la matanza de los pueblos taínos en Haití/Quisqueya, isla que los invasores llamaron La Española.
 

"Ojeda perseguía a los nativos, aprovechando su superioridad bélica, armas de fuego, espadas de acero, lanzas de hierro, sus caballos y hasta perros de caza", agrega Finol quien recalca que los europeos consideraban a los indígenas como seres inferiores.

Finol pone en duda que Alonso de Ojeda haya entrado al lago de Maracaibo  y cuestiona el título de descubridor que se le ha dado, cuando esta zona estaba habitada desde hacía miles de años antes de la llegada de los españoles. 

Ojeda asesinó a muchos indígenas, destruyó sus pueblos, saqueó comunidades en busca de oro, esclavizó a muchos otros y además, "ese señor raptaba niñas para violaciones masivas que practicaban la soldadezca española".

Basándose en las Cartas de Américo Vespucio y del cartógrafo Juan de la Cosa, se certifica que Ojeda no entró al lago, ni quedó impactado en esta región como dicen algunos cuentos, de hecho nunca volvió a acercarse. 

En 1501, Ojeda intentó fundar una gobernación en la costa occidental de la península de la Guajira, llamada Coquivacoa, nombre que alude a la aridez de la zona. Este intento de asentamiento fue un fracasó por las condiciones climáticas, la falta de alimentos y los enfrentamientos con los habitantes originales. 

Finol ha realizado una extensa y minuciosa investigación de la conquista española de América, en especial en el lago de Maracaibo y sus alrededores, donde la expansión de los europeos fue particularmente brutal contra los indígenas añú. Por lo cual, considera inaceptable que en esta región exista una localidad llamada Ciudad Ojeda.
 
"Ese nombre fue colocado de manera caprichosa por el dictador Eleazar López Contreras, asesorado por historiadores que no conocían la realidad local y bajo el esquema del pensamiento positivista que ve en lo eurocéntrico lo valioso, civilizado y culto, mientras que considera a lo originario como algo despreciable”. 

El nombre original registrado en los primeros documentos y mapas de esta zona es Paraute, pueblo que participó en la insurrección comandada por el Cacique Nigale contra los descendientes de europeos en el lago.


  
 

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