Guillermo Silva deslumbra con arte en madera

 Lagunillas, diciembre de 2025.-



En Lagunillas, existe un taller repleto de camiones, carros clásicos y animales, con olor a caoba, cedro, nostalgia y anécdotas. 

En el taller El Álamo, trabaja Guillermo Silva, carpintero y artesano de 70 años, hijo de larenses, padre de dos hijas y guardián silencioso de un oficio que se resiste a desaparecer.

Guillermo ha dedicado su vida a la carpintería, la ebanistería y la creación de piezas artesanales en madera. En sus manos cada tabla tiene una segunda oportunidad y cada retazo guarda una historia por contar. De los sobrantes que quedan tras fabricar mesas, sillas, puertas o gabinetes, nacen sus obras más queridas: juguetes de colección, especialmente vehículos y camiones antiguos, réplicas elegantes que despiertan asombro y admiración.



Sus camiones no son simples juguetes. Son homenajes a una época, a una memoria colectiva. Guillermo los construye a partir de la observación minuciosa de vehículos reales, fotografías antiguas, revistas, escenas de películas o imágenes encontradas en Internet. Uno de sus modelos más admirados lo descubrió viendo una película rusa ambientada en la era soviética. A partir de esa imagen fugaz, su imaginación y sus manos hicieron el resto.

Trabaja con caoba, cedro, pardillo, pino, roble y hasta nim (neem o margosa). Conoce cada madera como si fuera una persona: sabe cómo se deja cortar, cómo responde al barniz, qué tono revela cuando se pule con paciencia. “Nada se pierde, todo se transforma”, dice con convicción, mientras une piezas, resalta vetas y deja que el color natural hable por sí solo.



Además de los vehículos clásicos, su sello personal, Guillermo crea perritos y elefantes de madera que funcionan como soporte para teléfonos celulares. Pequeñas esculturas utilitarias que combinan ternura, ingenio y precisión.

También sorprenden sus trabajos de taraceado: mesas, bandejas y otras piezas tipo mosaico donde distintas maderas, de colores y texturas diversas, se integran con una exactitud admirable.



Elocuente y conversador, Guillermo guarda un sinfín de anécdotas. En especial aquellas historias en las que un pequeño gesto de su parte puede trasformar la vida de otras personas.

Recuerda, con especial emoción, cuando un niño le pidió que reparara su camión de juguete, ya muy deteriorado, pero cargado de afecto. En lugar de arreglarlo, decidió reproducirlo completamente en madera. El resultado fue una pieza excepcional, y un recuerdo imborrable para ese pequeño. 

También habla de la vez que regaló un camión a un niño para que dejara a un lado su arma de juguete, o cuando fabricó un bate con madera sobrante para obsequiárselo a otro muchacho del barrio.



Sus creaciones han viajado a distintos rincones del país y son altamente valoradas por coleccionistas, quienes reconocen en cada pieza su acabado perfecto, su resistencia y su elegancia.

Para Guillermo, una obra bien hecha debe durar, acompañar la vida de las personas y convertirse en parte de su historia cotidiana.

Hombre amable y solidario, cree profundamente en el poder transformador del oficio. Sueña con formar a otros creadores, transmitir lo aprendido y lograr que “los alumnos superen al maestro y lleven este arte mucho más lejos”. 

En cada corte, en cada ensamble, en cada juguete nacido del reciclaje, Guillermo Silva demuestra que la madera, como la vida, siempre puede renacer en algo bello e inolvidable.










3 comentarios:

Anónimo dijo...

Orgullosa de ti tío 🙏 dios bendiga tus manos

Anónimo dijo...

Excelente persona!. Muy buenos sus trabajos!!💪🏽✨

Anónimo dijo...

Bonito trabajo ❤️ excelente persona 🤗

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